ESCENOGRAFÍA ¿INTENCIONADA?
La
escenografía impecable. Se identificaba al milímetro con el nuevo aspecto que
los asesores tratan que vaya adquiriendo la imagen del actual Presidente del
Gobierno: Corrección, austeridad, calidad, dinamismo y algo de modernidad. Lo
que a él le faltaba, se lo daba el diseño del espacio. Todo intencionado. Un
plató de contrastes –previsto para los “nuevos” programas informativos-, con círculo
blanco sobre suelo negro, trazado circular que unía en esa línea a todos los
presentes en el plató, periodistas, moderadora y protagonista. En las paredes
rayas de luces de colores
fluorescentes-matizadas, de los azules a los rosas. Los azulones
veraniegos para enmarcar perfectamente al Presidente en determinados planos y
determinados temas. El violeta femenino-feminista para el logo. Y el tono de
alegría, ruptura e innovación, llegaba proyectado por las rayas rosa-coral. Una
de esas rayas vitalistas quedaba estratégicamente situada a la derecha de la
pantalla, a la izquierda del “nuevo Rajoy”, en diferentes planos en los que intervenía
como Presidente. La sensación de rigor la transmitían las líneas verticales de
todo el diseño y, la austeridad, las estrechas y minimalistas sillas blancas.
En
un principio tres cuestiones de la escenografía sorprendían. La primera, la
disposición circular de sillas y personas sin que mediase mesa alguna, lo que
provocaba una aparente lejanía entre los periodistas, la moderadora y el protagonista principal. La segunda, las
sillas enjutas para un hombre corpulento.
Y, por último, la disposición del logo de TVE junto al Presidente que
perdía algunas de sus letras según los movimientos que realizase el Presidente
o la toma de cámara. Paso a paso, en el transcurso de la entrevista cada
sorpresa tuvo su explicación. Las tres se demostraron perfectamente medidas y
especialmente útiles para ensalzar la figura del Presidente, no el físico y sí la
proyección de su imagen, su actuación y sus palabras.
La
disposición de los protagonistas marcada por el diseño del suelo, alejados uno
de los otros y sin objeto alguno de por
medio, permitía, en los planos
generales, cuando intervenía el actor principal, ver al protagonista en activo,
en movimiento, dinámico y al resto de los protagonistas totalmente estáticos,
como si fuesen espectadores de una obra de teatro interesante. Las silla blanca, de respaldo mínimo, que en principio
parecía comprimir al Presidente, cumplió su función, pareció esfumarse dejando
así que se realzasen los movimientos del Presidente. Y ya para finalizar, la
disposición del logotipo de la cadena pública de televisión semi-tapado en
muchas ocasiones, al hablar el protagonista principal, eso que parecía ser un
error escenográfico al tapar la primera de las tres iniciales de TVE, sirvió
para que en las intervenciones más duras el espectador casi sin percatarse oyese
las palabras enmarcadas en un escenario en el que se sugería nítidamente: El
Presidente VE.
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