A los profesionales del ámbito judicial se les supone buena
oratoria. Por la naturaleza de sus profesión es evidente que el trabajo de
documentar y argumentar sus exposiciones verbales les ocupa un tiempo preciado,
quizás el de mayor relevancia intelectual. La cuestión reside en la falta de
preparación en cómo serán dichos en voz alta esos argumentos. Cómo responderán
a sus opuestos ante un argumento nuevo o imprevisto. Cómo resolverán cualquier
situación dialéctica conflictiva. Cómo trasladarán la impresión de dominio de
la situación. O cómo elegantemente resolverán una intervención aún a sabiendas
de la dificultad de su posición de defensa. En todo ello reside parte
importante de la brillantez del orador, es cierto. Pero hay aún más. Un aspecto
descuidado y en cierto modo desconocido por la mayor parte de los letrados. Es
la comunicación no verbal ante un tribunal… o ante un cliente.
A modo de ser formativos -y entretenidos al mismo tiempo-, a
partir de esta fecha ya de “año nuevo” realizaremos diferentes entradas en este
blog relativas a los temas citados. Como ejemplos utilizaremos noticias
recientes publicadas en los medios de comunicación analógicos o digitales y
analizaremos con brevedad secuencias relativas juicios “espectaculares” verídicos
o no.
Así empezamos 2013… Buen número y buen año
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